Caminando Inka

Perú me gusta ya de entrar en la frontera. Cusco es una ciudad hermosa, es tranquila pero sigue siendo ciudad a la vez. Tiene miles de turistas pero logra conservar su espíritu de antiguedad.

Al segundo día debo caer irremediablemente en un tour, los lugares que quiero ver quedan lejos para ir sola y no vale la pena perder todo un día para terminar no viendo nada, así que al tour vamos. Pero es divertido y los lugares que vemos son increibles.

El resto de los días vago por mi cuenta, por las calles, por los sitios arqueológicos, subo a combis, buses y no me cruzo a los turistas. Me adentro en la ciudad de todos los días, lejos de la Plaza de Armas. Arriba del bus al grito de canchitas, canchitas, mezclado con una sucesión infinita de frases de power point, un revuelo de mantas y polleras de colores me sonríe y es todo lo que necesito.

Ya estoy lista para caminar. Serán cuatro días de amanecer al alba. El primero lo disfruto, aún con miedo porque sé lo que se viene. El segundo sólo es subir, subir y seguir subiendo. En tu mente no puede entrar otro pensamiento. De a ratos tengo que buscar el pensamiento positivo que se me escapa, mientras sigo subiendo claro. Después solo queda bajar. El tercer día es hermoso, hay paisajes que no se pueden creer y el camino te acompaña, hay senderos y pequeñas escaleras, hay claros y una especie de selva. El cuarto día es correr, por decisión propia. Aún sigo sin entender donde tenía guardada esa energía. Es correr y perderse, en el camino y la oportunidad. Pero es saberse feliz, por lo alcanzado y porque todo termina en el Machu Picchu, que te deja sin respiración. A pesar de no llegar al Waynapicchu soy feliz ahí, en medio de esa inmensidad monumental.

Las piedras hablan, y cuentan cuentos de hace mucho tiempo, me quedaría escuchandolas horas. Me siento sobre una y me dejo atrapar. Vuelo, sobrevuelo todo ese espacio y me siento liviana. Ya no soy igual que antes de empezar a caminar.

~ por Just Blueyes en abril 27, 2010.

6 respuestas to “Caminando Inka”

  1. Excelente tu descripción. Precisa. Lo hice hace ya catorce años, y jamás me olvidaré ese «segundo día», lo que sufrí hasta llegar a «El Paso»!!!
    Yo sí llegué a subir al Wayna Picchu (pero tengo la sensación de que por eso, me perdí un montón de tiempo en los templos)
    Hermosas fotos!!!

  2. Total, el segundo día es tremendo!
    Llegaste porque antes no daban cupos, ahora sí. Siempre queda algo por descubrir… yo los templos me los recorrí hasta su última piedra!
    Gracias Agus!
    Beso

  3. uh, que ganas de ir ahí!! algo pendiente, espero que llegue pronto, tengo la sensación de que se trata de un lugar único, bueno tu relato ayuda a mi sensación. Un beso.

    • Definitivamente es un lugar único, o al menos así fue para mí. Indescriptible también, hay que hacer el propio camino. En tren o caminando pero hay que
      Beso

  4. Que placer ir para el norte. El verano fui para el sur. Jamás habia ido y realmente volví con otros ojos.

    El norte parece ser la proxima opcion.
    Que placer..

    • El sur también es hermoso! Son dos cosas muy distintas pero increíbles!
      Vaya nomás, el Norte lo recibirá con brazos abiertos seguro y le puedo asegurar que lo disfrutará enormemente!
      Besos!

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